Hay que pagar el Impuesto a la Riqueza: la discusión que está mal planteada

Supongo que el título me hará ganar algunos enemigos. Honestamente, frente a tamaña pandemia, no me parece mal que los que más tienen más paguen. ¡Ahhh cierto!, ya lo vienen haciendo. Bueno, entonces un poquito más…

En un 25% a exploración, desarrollo y producción de gas natural;Sin embargo, los empresarios y las cámaras, han puesto los ojos en el lado equivocado de la ley. No se les puede pedir a legisladores que ignoran totalmente la situación de las empresas y los impuestos, y que sean coherentes al respecto. El que no sabe es como el que no ve.

El tema es otro: El gobierno debe explicar en qué va a usar lo recaudado. ¿Qué dice la ley?

• otro 20% a adquirir equipamientos de salud para enfrentar la pandemia;
• un 20% a apoyar a empresas Pymes;
• un 20% para financiar el relanzamiento de las becas Progresar creadas para apoyar a jóvenes estudiantes,
• mientras que el 15% restante se utilizará para la urbanización de barrios populares mediante cooperativas organizadas por los vecinos de cada barrio.

En síntesis, para la pandemia: sólo el 20%. ¡No hay vacunas! Y se derivan fortunas que deberían ser para hospitales y campaña anti-Covid. ¿Y los médicos y enfermeros que arriesgan a diario su vida?

Quienes pagan tienen derecho a reclamar transparencia. Si se trata de una cuestión extraordinaria, merece un tratamiento como tal. ¿Los fondos recaudados, a que se deberían dedicar? Lo más importante frente a una emergencia sanitaria: vacunas, tests, personal de salud, hospitales a lo largo de todo el país, investigación de paliativos al Covid, por citar algunos ejemplos, que los científicos podrán mejorar sin duda.

Entonces, la discusión no está en si debemos pagar o no el impuesto a la riqueza; sino en la transparencia de esos fondos: a dónde van a ir destinados y cómo se van a administrar.

A la casi “nula autoridad moral” que tenían, los funcionarios la llevaron a 0 (cero), luego del “Vacuna Gate”: cero autoridad para monitorear que no se dilapiden o malversen el dinero, con el reparto que hicieron y siguen haciendo de las vacunas.

Y este tema no es para tomarlo en chiste: son vidas. ¿Te robaste “un puente”? ¿Permitiste millonadas con timbas financieras sin rumbo ni sentido? Que se ocupe la justicia. Pero acá, está en juego la vida de los abuelos, de los hijos, las nuestras. Perdón, no puedo confiar si no hay un control hecho por los propios científicos o gente probadamente honesta.

Con lo recaudado con este impuesto, se podrían comprar entre 100 y 200 millones de dosis de vacunas. Por esa noble causa, hay que pagar el impuesto.

Pero pienso insistir en el uso de los fondos, tiene que modificarse el ridículo destino que le han asignado, ruta inexorable del desmanejo y la deshonestidad.

Señor Presidente, le pido a usted que sea leal a sus palabras. Usted admira a Alfonsín, al igual que yo. Piense como él. Compre vacunas, dele la plata a los hospitales, sea previsor de esta segunda ola. No se si esto le dará votos, pero seguro, le dará paz con su mandato asignado.

Señores empresarios, cámaras, organismos aglutinantes: hablemos. Hay vidas en juego. Seamos ciudadanos, con el ejemplo. ¿Queremos mejorar? Entonces seamos inflexibles con el uso de este dinero. Paguemos y exijamos. No por nosotros, por todos los que lo necesitan y lo van a necesitar.

Sino, nunca seremos Patria. Está en cada uno, está en todos.

Por Miguel Ángel Arrigoni

Presidente First Capital Group.