En 2020, los depósitos en dólares cayeron y crecieron en pesos: ¿qué puede pasar en 2021?
12-01-2021
Según datos oficiales del Banco Central, los depósitos en moneda nacional del sector privado aumentaron 7,6% en diciembre, sumando unos 351.500 millones de pesos y alcanzando un stock de 5,1 billones.
Eso hizo que el stock de pesos que el sector privado tiene depositado en el sistema financiera crezca 84,4% en términos nominales a lo largo del año pasado, dice un informe de la consultora financiera First Capital Group en base a datos oficiales.
Los depósitos en dólares, en tanto, aumentaron 8,7% respecto de noviembre, pero cerraron el 2020 con un descenso del 18,1% en la comparación contra el mismo mes del año anterior.
El incremento mensual de 351.500 millones de pesos de los depósitos en moneda nacional estuvo impulsado por el crecimiento de las cajas de ahorro que aumentaron 198.000 millones, con un crecimiento del 15,4% mensual y arrojando un alza interanual del 101%.
Los depósitos a plazo fijo tradicionales finalizaron el mes en 115.000 millones, arrojando un crecimiento mensual del 6,9% y un alza interanual del 81,3%.
Los depósitos con opción de cancelación anticipada aumentaron $31,6 mil millones, un alza mensual de 14,4% y un crecimiento interanual de 440%.
Finalmente, las cuentas corrientes aumentaron en 9.300 millones, un crecimiento mensual de apenas 0,7% y un alza anual del 80%.
Focalizando en los plazo fijo en pesos (tradicionales y con opción de cancelación anticipada), se observa que aumentaron 6,9% respecto a noviembre (146.600 mil millones), finalizando el mes en 2,3 billones.
Si se compara con los plazos fijos al cierre de 2019, se observa un incremento del 81,3%.
"No obstante, el rendimiento real negativo frente a la inflación explica, en parte, el deterioro del stock de plazos fijo visto en los últimos meses del año en términos reales. La tasa que paga un plazo empezó a quedar bastante por detrás de las expectativas de inflación y devaluación, deprimiendo la demanda de instrumentos en pesos a tasa fija", explicó Cristian Traut, de First.
PerspectivasEn los últimos meses, el plazo fijo -aún con la tasa regulada que mantiene el Banco Central (BCRA)- perdió contra la suba de precios. Los plazos fijos a los pequeños ahorristas pagan 37% anual, lo que se traduce en 3,08% por mes.
Ese rendimiento quedó debajo de los datos de inflación de octubre (3,8%) y noviembre (3,2%). También perdió contra el avance de los precios en diciembre pasado, que rondó el 4%.
Para las tasas mayoristas, como la Badlar (que mide el rendimiento a los depósitos mayores al millón de pesos) los números son aún peores. Según datos oficiales, esa remuneración promedia 34%, es decir, 2,8% mensual.
"Actualmente, los plazos fijos tienen un rendimiento de 14 puntos por debajo de la inflación esperada quitándole atractivo a los instrumentos en pesos", sentenció GMA Capital.
En los últimos meses, los depositantes perdieron contra la inflación
Por su parte, el economista Fernando Marull, socio de FM&A, sostuvo que ahora que quedó atrás diciembre -cuando sube la demanda de pesos- el BCRA tendrá que recurrir a un alza en las tasas para retirar el excedente monetario del mercado.
Por el momento, en el organismo que conduce Miguel Pesce no hay novedades sobre una eventual suba del piso de tasas.
En diciembre, los plazos fijos del sector privado crecieron y sumaron un promedio de $73.400 millones a su stock (al día 23). Ese incremento se dio en un mes donde hay más pesos ociosos (por el pago de aguinaldos, por ejemplo) y luego de la caída del stock que se vio en noviembre.
La consultora LCG se refirió a los plazos y señaló que las colocaciones bancarias están acortando su duración. "Pierde atractivo el plazo fijo tradicional, donde los horizontes se acortan como signo de alguna desconfianza. Se encuentran en mínimos por debajo de los 60 días de plazo promedio", afirmó.
¿Qué esperan para enero?La aceleración de la inflación en los últimos meses genera un desafío desde el punto de vista del manejo de las tasas en pesos pero, también, del dólar oficial.
"Hasta ahora, la tasa, en general, iba en línea con la inflación y con el tipo de cambio oficial. Esa era la lógica de la política económica, tener una consistencia entre las 3 variables. Eso, durante el aislamiento, estuvo ayudado por una inflación que estuvo anestesiada, lo que permitía, con un movimiento acotado, no atrasar al dólar oficial en términos reales y mantener algo positiva la tasa de interés", explicó Martín Vauthier, director de Eco Go.
En ese sentido, el economista advirtió que esa dinámica empieza a tener un signo de interrogación a partir del salto inflacionario de los últimos meses y la duda pasa por si "el tipo de cambio y la tasa de interés van a acompañar a la mayor inflación".
"Uno esperaría que, si la política económica apunta a mantener esa consistencia, la tasa de interés debería también corregirse", sostuvo Vauthier.
Por su parte, Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, se mostró un poco más pesimista en relación al rendimiento que perciben los ahorristas. "Yo veo a los plazos fijos golpeados en términos reales y, sobre todo, en comparación con el dólar oficial. Ese es el gran problema: el esquema de incentivos sigue invitando a dolarizarse", sentenció.
Mantener alta la tasa de plazos fijos es una forma de evitar la dolarización de los ahorros
Martín Kalos, director de Épyca Consultores, también cree que es probable que los plazos fijos en este arranque del 2021 sigan perdiendo levemente contra la inflación.
"Mientras el Gobierno sostenga este esquema de represión financiera, donde las opciones para ahorrar son limitadas, en gran parte por los controles cambiarios, puede jugar en este borde de tasas reales que son negativas frente a la inflación esperada o prevista", sostuvo.
Y agregó: "Lo ideal, en términos de ahorro, sería que las tasas vuelvan a ser positivas reales porque, además, la escasa profundidad del sistema financiero argentino hace que, incluso con lo que aumentó el endeudamiento privado en estos años, una suba de tasas no impacte demasiado en términos de financiamiento".
Para Rajnerman, la herramienta que se usó "para captar los pesos excedentes y desincentivar al dólar como canal de ahorro no fue tanto el plazo fijo sino las licitaciones del Tesoro a tasa variables. Eso se ve en los buenos resultados que hubo".
Al respecto, consideró que esas colocaciones tuvieron un mayor impacto para los grandes depositantes que para los minoristas, que están más alejados del mercado de capitales y muchas veces quedan presos del plazo fijo.
"Se calmó un poco la presión cambiaria por varios motivos y una parte tiene que ver con las colocaciones del Tesoro a tasa variable. Sin embargo, me parece que se benefició el mayorista y mientras el minorista siguió perjudicado", consideró Rajnerman.
Tasa real garantizadaEntre las muchas medidas que tomó el BCRA para intentar mantener la tasa positiva para el ahorro en pesos, el organismo obligó a los bancos a ofrecer los plazos fijos UVA precancelables, que pagan por lo menos inflación+1%. A medida que los precios se aceleran, serán mejor negocio para el ahorrista. De hecho, las colocaciones reaccionaron en diciembre último y el stock promedio había crecido mensualmente en más de $3.800 millones.
Si bien se trata de una tasa baja en comparación con otras alternativas, como pueden ser los bonos o las letras que ajustan por CER, es una opción al alcance de la mano de cualquier persona bancarizada y mantiene el poder adquisitivo de los pesos.
Desde el BCRA resaltan que, con ese instrumento, aseguraron la tasa real positiva para todos los depositantes, a la vez que trataron de hacer lo mismo con el plazo fijo tradicional, fijando sucesivos rendimientos mínimos.
Los plazos fijos UVA aumentan su atractivo a medida que se recalienta la inflaciónPese a ello, los plazos fijos UVA no son los preferidos de los ahorristas. En parte, porque el mínimo de colocación es de 90 días, aunque la versión precancelable se puede rescatar desde el día 30.
Por otra parte, los bancos no hacen mucha publicidad sobre los depósitos que indexan por inflación, que habían sido creados como contrapartida de los préstamos UVA, cuyo auge se vio en 2017. Desde que se frenó la colocación de esos créditos, los bancos no tienen contrapartida para los plazos fijos UVA.
"El gran tema siempre es cómo lo calzan los bancos. Todo lo que es bueno para el depositante, es malo para el depositado. Si yo hago un negocio excelente a costa del banco, es un problema. En ese sentido, me parece que el BCRA estuvo un poco lento de reacción para separar y segmentar las tasas", cerró Rajnerman.
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